Yoongi es dado de alta unos días después de comprobar que sólo había sido un golpe y que no presentaba más peligro.

Jimin no puede evitar sentirse culpable, el no quería lastimar a Yoongi, el lo ama.

¿Así se sentirá el cuando me golpea?

Cuando están en casa todo es silencioso, ninguno se atreve a decir algo.

Jimin saca un cigarrillo de su chaqueta y lo fuma delante de su prometido.

- Ya sabes que lo siento, ¿cierto?

- Está bien, bebé. Ya te dije que te perdono.

Jimin no puede evitar pensar que, de alguna forma, sintió alivio cuando su puño se estrellaba contra la suave piel de Yoongi. Porque se las estaba devolviendo todas y cada una, estaba enfermo por gozar de algo así.

Pero más enfermo estaba Yoongi, quien quería que lo matara.